Ortodoncia ¿Invisible?
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La ortodoncia se encarga de corregir la posición y la relación incorrecta de los dientesasí como la función de las estructuras dentomaxilofaciales. A las alteraciones de la normalidad se las conoce como maloclusiones dentales. Las causas de maloclusión dental pueden ser: dentarias, esqueléticas, funcionales o mixtas.
En las maloclusiones dentarias el origen del problema es la incorrecta posición de los dientes. En estos casos los huesos maxilares y la mandíbula tienen una posición correcta.
En las maloclusiones esqueléticas el origen del problema es la incorrecta posición de los huesos maxilares y la mandíbula, siendo correcta la posición dental.
No obstante puede haber maloclusión aún siendo correcta la posición dental y esquelética. Son las denominadas maloclusiones funcionales. En estos casos, los desplazamientos dentales, la erupción en localización incorrecta de los dientes o hábitos nocivos, como chupar el dedo o el chupete, pueden afectar a la musculatura masticatoria y alterar el movimiento normal de la mandíbula.
La forma de encajar los dientes debe de cumplir los requisitos mínimos funcionales. A partir de ahí, nos podemos plantear los requisitos estéticos ideales.
A nivel estético debe haber una proporción armónica entre los huesos y el tamaño de los dientes. Estos, tienen que estar nivelados con una inclinación determinada y dispuestos simétricamente, de forma tal que al cerrar la boca, los dientes posteriores superiores encajen con los inferiores y los superiores anteriores sobresalgan y cubran a los inferiores anteriores ligeramente. A nivel funcional, no debe haber alteración de los movimientos mandibulares, ni dolor o ruidos articulares.
Para corregir una maloclusión dental puede ser suficiente, normalmente, con un tratamiento de ortodoncia. No obstante, hay situaciones en las que puede ser necesario el concurso de la ortopedia dentofacial o de la cirugía ortognática para alcanzar una solución. Dependiendo de la situación de partida y del tratamiento que el paciente esté dispuesto a realizar, el objetivo que se podrá alcanzar variará y podrá ser el ideal o sólo funcional.
Los tratamientos de ortodoncia requieren siempre de una aparatología fija o removible. Las técnicas podrán ser aplicadas por fuera o por dentro de los dientes o de la boca. La elección de la aparatología y la técnica a emplear vendrá determinada por las características clínicas del caso y de las preferencias del paciente.
Los aparatos que se emplean en los tratamientos de ortodoncia son fabricados con materiales metálicos, plásticos o cerámicos; y la técnica se aplica por fuera o por dentro de los dientes o o de la boca. Dependiendo del material con lo que estén fabricados los aparatos y dónde se coloquen éstos, serán más evidentes o menos evidentes, pero nunca invisibles. La razón es sencilla, no existe en el momento actual ninguna técnica que se realice sin aparatología, ni tecnología invisible que se pueda aplicar para solucionar maloclusiones dentales.
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Estoy de acuerdo contigo, que en ortodoncia no existe ninguna aparatología totalmente invisible. El aparato que menos se vea no ha de ser necesariamente el más indicado. Cada aparato tiene sus ventajas y sus inconvenientes y lo importante es aplicar el adecuado para cada caso concreto. Se debe realizar un estudio pormenorizado que permita alcanzar un correcto diagnóstico, lo que unido a una adecuada planificación del tratamiento y a la aplicación de la mejor técnica, posibilitará la consecución de los objetivos funcionales y estéticos marcados.